de los lugares donde vive, de los ríos que cruza, de los cerros y valles donde a diario trabaja.
Esta
curiosidad no siempre puede verse satisfecha porque a menudo tales topónimos, que es como la
Lingüistica llama a los nombres de lugar, no son transparentes. Es decir, su forma no tiene un significado
claro para el hablante. Esto puede deberse a que se trate de una voz procedente de una lengua ajena a la
que denomina los actuales pobladores de la zona. Es el caso, por ejemplo, de los numerosos términos de
origen árabe que persisten en la toponimia andaluza, pero o bien no han perdurado en el léxico general del
español, o bien se presentan con una forma distinta, ya que los nombres de lugar son susceptibles de una
evolución diferente de cualquier otra palabra.
--
Miraldo Ohse
Nenhum comentário:
Postar um comentário